AUTORES
PATRICIO MARTÍNEZ GONZÁLEZ, MAXIMIÀ TORRUELLA I CASTEL, LUIS MIGUEL GOTOR NAVARRA
Este Edificio Hospitalario Polivalente es fruto de una investigación juntamente con el Sistema de Salud de Catalunya, para dar respuesta a la llegada de la Covid-19 en marzo de 2020. El edificio está pensado para dar soporte a la red sanitaria existente en un momento de pandemia y también en un futuro, puesto que puede transformar su uso según las necesidades del centro sanitario al que está vinculado. Este proceso se materializó en un modelo tipológico que se puede implementar cerca de cualquier hospital, con el objetivo de apoyar la red sanitaria local según las necesidades específicas del centro. La organización del edificio es muy eficiente y segura para los profesionales, pero también está pensada para ofrecer espacios humanizados, pensados para las personas que los tienen que habitar, desde los pacientes, los sanitarios hasta el personal de limpieza y mantenimiento. Este Edificio Hospitalario Polivalente es uno de los cinco edificios de la misma tipología construidos en el territorio catalán durante el último trimestre del año 2020. Compacto: Es un edificio planteado como un satélite de un hospital existente, aprovechando las infraestructuras y un terreno disponible dentro del recinto hospitalario. Esto hace que sea un edificio en altura, para adaptarse a solares pequeños o de orografía complicada. Consta de 4 plantas y ocupa la menor superficie de solar posible para el número de camas planteadas. Tiene una superficie de ocupación en planta de tan solo 975 m2 para 4 plantas y 88 camas. Construcción OFFSITE: El proyecto y la obra se han realizado en 20 semanas con un sistema industrializado diseñado para una vida útil de más de 40 años. La construcción off-site de los módulos de estructura y las fachadas, ha permitido reducir términos. La gestión de todo el proceso ha seguido la metodología Lean construction, con un seguimiento de la planificación y las restricciones para gestionar la obra a tiempo real. La participación semanal de todos los agentes de la obra ha estado fundamental, para controlar el proceso y ajustarse a los términos. Flexible: El uso se puede transformar en un futuro según las necesidades del centro, se incorporan diferentes estrategias de flexibilidad: Estructura modular: crujías pensadas para encajar cualquier uso sanitario. La ventana paramétrica: ventana corrida y modular con montantes verticales cada metro que permite recibir tabiques de forma modular, facilitando el cambio de distribución sin afectar la fachada. Además, esta ventana se repite a todas las fachadas facilitando mucho el proceso de fabricación y montaje. Previsión de bajantes de reserva para facilitar la transformación a consultas. Habitaciones: actualmente existen diferentes tamaños de habitaciones de 5, 3 o 2 personas pensadas en un contexto de pandemia. Se han diseñado pensando en poder dividirlas en un futuro. Integrado en el entorno: El edificio se integra en el contexto urbano a escala ciudad. La volumetría, la ubicación y el color blanco de las fachadas se asimilan a la del resto de edificios existentes al Parc Sanitari. En planta baja el edificio genera un patio de acceso. Un espacio de transición que permite tener diferentes accesos separados necesarios para diferenciar los circuitos y generar una zona de espera no-COVID al aire libre. Seguro: Las conexiones verticales del edificio se hacen para dos núcleos de comunicación a los extremos, cada núcleo es de uso exclusivo para circuitos de limpio o sucio. Los circuitos sucios y limpios no se cruzan en ninguna planta y la conexión entre estos se produce siempre a través de transferes. Los transferes están bien dimensionados y jerarquizados para facilitar el uso. Separando el acceso personal y material. Pensado para las personas: El proyecto sitúa al usuario (pacientes, sanitarios y personal de mantenimiento) en el centro de su diseño con una arquitectura que participa activamente de la humanización en la atención sanitaria. El edificio aprovecha el emplazamiento donde se sitúa, sobre la montaña de Vallcarca con vistas sobre la ciudad, haciendo llegar la luz natural y las vistas a todos los espacios, incluidos baños y UCIs. Lo cual afecta positivamente en los pacientes, manteniendo los ritmos circadianos y su bienestar. Los materiales de revestimiento interiores, con el uso de la madera y de diferentes imágenes de naturaleza ayudan a alejar el espacio interior del imaginario hospitalario aséptico. La iluminación está programada con diferentes escenas, no solo separando día y noche, si no pensando en el confort del usuario, haciendo una gradación entre espacios de paso y los espacios de atención sanitaria. Se huye de una iluminación excesiva y homogénea que no reconoce las diferentes intensidades y concentraciones según necesidades de uso. Los espacios de instalaciones se sitúan siempre en la zona limpia, de manera que la mayor parte del mantenimiento se puede hacer con seguridad para las personas que trabajan en ello.
Valores universales En un contexto de pandemia investigamos un nuevo modelo y su viabilidad. Entendimos que la urgencia no nos debía hacer olvidar otros valores. Sostenibilidad: no provisional y pensado para ser reutilizado. Mejora de vida de las personas: espacios seguros y confortables desde la operativa médica y del paciente. Funcionalidad: viable por su compacidad, rapidez de construcción y su gestión vinculada al recinto hospitalario donde se encuentra sin requerir de un equipo sanitario específico. Un edificio pensado para todas las personas: pacientes, personal y familiares. Toda la distribución está organizada en dos circuitos separados (Covid y no Covid) de manera que se garantiza la seguridad en todos los espacios. Estos circuitos permiten espacios seguros de visita y de videoconferencia como un factor indispensable para su recuperación y la necesaria humanización hospitalaria. Construimos un edificio sostenible pensado para adaptarse a nuevos usos y no quedar obsoleto al fin de la pandemia.
Valores profesionales La respuesta a la Covid-19 desde la arquitectura. Al inicio de la pandemia se investigó un nuevo modelo tipológico, teniendo en cuenta la sostenibilidad, salud y funcionalidad. Además, se debía diseñar y construir de manera urgente, en 20 semanas, siendo un edificio no provisional y reutilizable postpandemia. Se diseñó el sistema constructivo de forma industrializada. Se construyeron los módulos de estructura y fachadas de manera OFFSITE, permitiendo solapar fases de obra y los reducir los tiempos de construcción. Para poder realizar proyecto y obra en paralelo, seguimos la metodología LEAN que se basa en la participación y sincronización de todos los agentes involucrados: constructora, ingeniería, arquitectos y equipo sanitario. Este proceso demuestra que la arquitectura puede dar respuesta a la sociedad en un momento de crisis. Se ha logrado que un proceso de 3 años se realice en 20 semanas, eliminando los procesos que no aportan valor y trabajando de forma innovadora.
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